El Soldado Romano que ve la Resurrección de Jesús

7 minutos - 2 personajes. Un soldado romano que mandaron a cuidar la tumba de Jesús se pone a reflexionar sobre los últimos momentos de Jesús en la cruz y como él avía profetizado resucitar al tercer día.

Personajes:

• Soldado romano

• Jesús

VOZ DE JESÚS: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

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(A quien le toque ser el soldado va aparentar que habla, mientras que actúa con alemanes) el archivo de sonido está abajo.

SOLDADO ROMANO: realmente fue impresionante oír sus últimas palabras en la cruz, siempre que este hombre hablaba, sucedían cosas extrañas, pues yo vi mucha gente que fue sanada por él, ¿aunque? a nosotros los soldados romanos, nos prohibían hablar de estas cosas, yo estuve parado junto a esa cruz, y la verdad, no quería estar allí, porque, cuando volteaba para ver a Jesús su mirada me hacía sentir y pensar, que yo debería estar en su lugar, el no me veía con odio, si no que, a pesar del gran sufrimiento que padecía, y de su expresión de agonía, el me miraba con amor, y aun no alcanzo a entender por qué él decía palabras como, “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” en mi interior yo le decía ¡vamos! ¿Si eres el hijo de Dios? ¿Por qué no bajas de esa cruz? ¿Por qué si dices que no has conocido pecado, mueres por los pecadores y los presentas justos ante tu padre, cuando creo que el único justo eres tú?, de pronto, me di cuenta que mi cuerpo comenzó a temblar porque parecía que él escuchaba mis pensamientos, y mientras por su cuerpo desfigurado corría la sangre, él me decía con su mirada, “si no bajo de esta cruz, es por amor a ti”

 

(Mientras esta el canto el soldado romano camina de un lado para el otro cuidando la tumba de Jesús.)

 

Te alabo, te exalto, Cristo Jesús, pudiendo bajar de la cruz, tu preferiste morir en obediencia  al  padre y por amor a mí, te adoro, cordero de Dios, que binó a cumplir, y hoy crucifico mi ser, ser tu hoy en mi, en obediencia del padre yo te serviré, por amor a ti...

 

SOLDADO: Yo no sabría qué hacer, unos se burlaba de él, otros a lo lejos lloraban porque nunca lo volverían a ver, ¡aunque! Supuesta mente, él dijo que al tercer día iba a resucitar, y bueno, y por esa razón me mandaron cuidar esta tumba, sinceramente yo quisiera irme de este lugar, no sé porque pero me siento un poco temeroso, ¡además! Yo no creo que este hombre salga de la tumba, y mucho menos puedo creer que pueda mover esta piedra tan pesada, ¡claro que no, esto no su sedara! Pues le vimos morir, es más le enteramos la lanza en su costado y sus piernas ni cobrarlas fue necesario, ¡el estaba muerto!

 

SOLDADO: Ahora, que yo recuerde todos los reyes, emperadores y profetas. (Se sienta y aparenta seguir hablando consigo mismo)

 

VOZ DE DIOS: Jesús, hijo mío, por cuanto tú te ente gastes al ser igual, y renunciaste a todo lo que era tuyo, tomando forma de ser y convicción de hombre, has sido obediente hasta la muerte, yo te levanto con el poder del Espíritu Santo, venciendo a la muerte, y te doy el más alto honor, y el mas excelente de todos los nombres, que es sobre todo hombre.

 

SOLDADO: Bueno pues, ya está amaneciendo y como era de suponerse, aquí no sucedió nada; sin duda que este hombre era un profeta más... Pero, ¿qué está pasando? ¡No puede ser! La piedra se está moviendo... ¡Oh, no lo puedo creer! Jesús ha resucitado, ¡Él vive!  

SOLDADO: (se arrodilla ante Jesús y levanta sus manos alabándolo)

  JESÚS. (Camina hacia enfrente, y aparenta hablar) Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá.

 

FIN: se cierra el telón lentamente dejando la música de fondo que acabe. 

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